“El objetivo es llegar a los 45 puntos cuanto antes”. Mismo mensaje pero realidades distintas. Mientras que en el Levante reinan la ilusión y la ambición por llegar a lo más alto posible, en la Real Sociedad ilusionarse con algo más que la permanencia está poco menos que prohibido. Montanier se encarga de recordarlo. Incluso cuando mejor pintaba la clasificación y
los aficionados empezaban a mirar hacia arriba, el técnico francés no dudaba en mostrar tanto dentro como fuera del campo cuál era el único objetivo. ¿No
podré ilusionarme con este equipo en algún momento? Pensará el sufridor de Anoeta.
Esta temporada el aficionado
realista vive mareado por los altibajos y vaivenes de su equipo, que se muestra incapaz de mantener
una regularidad en el campeonato liguero. Como un caramelo que se le ofrece a
un niño para luego quitárselo cuando ya pensaba saborearlo. Así se siente la
afición. Al final no tiene caramelo y ni mucho menos tiempo para saborearlo.
Y es que los blanquiazules son especialistas en tropezar una y otra vez con la misma piedra. De eso sabe mucho Gorka
Elustondo. Ayer el beasaindarra volvió a dejar al equipo en inferioridad, perdiendo una nueva
ocasión para reivindicarse y hacerse con un hueco en el once. Ni Elustondo ni sus
compañeros completaron un buen partido y eso fue aprovechado por un Levante que
demostró una vez más que su posición en la tabla no es casualidad.
Ante lo que JIM y sus chicos están haciendo esta
campaña sólo queda quitarse el sombrero. Con un equipo sin
figuras y sin el presupuesto de los grandes, el Levante se ha convertido en la
revelación del campeonato y se aferra con fuerza a la posibilidad de vivir el
sueño europeo. A destacar el sensacional estado de forma de Koné o la segunda
juventud de Barkero, por quien pasa todo el juego del equipo. Y qué decir de
Ballesteros. En su tercera o cuarta juventud se mantiene como el auténtico jefe
de la zaga granota.
Y siguiendo la tónica de esta
jornada 29, no podemos terminar sin mencionar al colegiado del partido. El
trencilla Álvarez Izquierdo quiso ser el protagonista del choque al señalar un penalti inexistente
de Iñigo Martínez a El Zhar. Si me permiten la reflexión, diría que en ocasiones es muy fácil pitar a algunos equipos. Ustedes me dirán cómo se entiende que
un equipo que comete pocas faltas y que no es precisamente agresivo sea castigado
con tantas expulsiones. Pero para polémica arbitral tenemos lo ocurrido en El
Madrigal, y eso ya es otra historia.
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